Extravagante y liberal, Pedro Almodóvar es uno de los cineastas más originales y prestigiosos del momento. La estética underground y la temática gay son clave en cada uno de sus aclamados films, llenos de pasión y fantasmas del pasado.
Pedro Almodóvar nació el 24 de septiembre de 1949 en Calzada de Calatrava, un pueblo de Ciudad Real, en el seno de una familia de arrieros, con gran presencia de mujeres. Estudió el bachillerato en Cáceres, donde se aficionó al cine, y a los dieciocho años se mudó a Madrid para estudiar cine, pero no pudo matricularse en la Escuela de Cine, que acababa de ser cerrada. Trabajó en Telefónica durante doce años al tiempo que desarrollaba su pasión por la escritura a través de una novela corta, una fotonovela y varios relatos en periódicos y cómics.
Se sumergió entonces en la movida madrileña como miembro del grupo teatral “Los Goliardos”, en el que conoció a Félix Rotaeta y Carmen Maura, quien se convertiría en su actriz fetiche desde su primera película, la excesiva Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón (1980), creada a partir de 500.000 pesetas (3000€) obtenidas de sus amigos. En la mejorable (en palabras del propio director) Laberinto de pasiones (1982) trató la homosexualidad por primera vez con la historia de una mujer y un hombre gay que sueñan con superar sus orientación y vivir felices en una isla tropical. Pero el éxito no le llegó hasta su cuarto film, ¿Qué he hecho yo para merecer esto? (1984), que, como en todos los casos, escribió y dirigió.
Tras la polémica mezcla de violencia y homoerotismo de Matador (1986), Pedro Almodóvar fundó, junto a su hermano Agustín, la productora El Deseo S.A., con la que produciría el resto de sus películas. La primera fue el melodrama La ley del deseo (1987), un impactante tratamiento de la homosexualidad. Se trataba de una historia de personajes marginales, pasión, celos, secretos, traiciones y fantasmas del pasado al más puro “estilo Almodóvar”, protagonizada por un jovencísimo Antonio Banderas, actor fetiche del director, que levantó pasiones entre todos los públicos.
La ley del deseo es rompedora en el tratamiento de la homosexualidad en España y uno de los films de Pedro Almodóvar donde los personajes gays cobran más peso. Así, pese a ser reconocidamente gay, el director manchego ha centrado sus películas en la mujer, con éxitos como las alocadas Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988) y Átame (1990). La llegada del nuevo milenio marcó la cima profesional del realizador manchego gracias a tres serios melodramas: Todo sobre mi madre (1999, Oscar a mejor película extranjera), Hablé con ella (2003, primer Oscar de guión original concedido a una película en lengua castellana) y Volver (2006, mejor guión en Cannes), le ganaron definitivamente el prestigio que se merece. En esta época rompió Almodóvar sus lazos con la Academia por el tratamiento que estaba dando a sus films en los premios.
Una de las obras más personales de Pedro Almodóvar es La mala educación (2004), sobre los riesgos que una educación demasiado estricta puede tener en los jóvenes. El film levantó polémica por tratar los el contenido de abusos que recibe un joven homosexual por parte de un clérigo marcado para siempre por su oscuro y opresivo pasado, que incluye un viejo amor que no tardará en aparecer de un modo bastante misterioso. La película repetía la idea de La ley del deseo del hombre trans que regresa a los espacios donde se crió para visitar al cura y cerrar esa triste etapa de su vida.
Aunque apenas un par de films de Pedro Almodóvar cuenta con protagonistas homosexuales, la aceptación de todos los tipos de sexualidad es tema central de su filmografía. De hecho, una de las escenas favoritas del director es la de los espectáculos de Drag Queens que aparecen en films como Tacones lejanos (1991), que siempre consiguen atrapar al espectador y, en algunos casos, incomodarle ante el descubrimiento de que, lo que ve, le agrada después de todo. Su estética, de fuertes colores, extravagancia y esencia underground le han relacionado enormemente con el público gay, entre el que ha encontrado un gran aliado pese a que, por supuesto, también tiene detractores.
Pedro Almodóvar ha recibido el Premio Príncipe de Asturias de las Artes en el 2006 y el Premio Terenci Moix en el 2007 y en la entrega de premios Goya de 2010 se reconcilió con la Academia (pese a que él mismo no recibiera premio alguno por Los abrazos rotos). Su última estreno es Los amantes pasajeros (2013), una alocada comedia definida por él mismo como “la más gay de su filmografía, pero también la más candorosa” sobre un variopinto grupo de pasajeros en un avión en peligro de muerte. Él nunca ha salido del armario porque ha dado su homosexualidad por supuesta. Ante las insistentes preguntas de un periódico anglosajón su respuesta fue clara: “Por supuesto que soy gay, ¿No ha visto mis películas?”.
Reportaje de Juan Roures