Lai Yiu-Kai, de la película Happy together, 1997
Ho y yo nos queríamos. Mucho. Hubo un tiempo en que sí, o eso creo. Pero aquel viaje a Argentina terminó con nuestra relación. Abandonamos Taiwán con la esperanza de dar emoción a nuestro amor, pero lo perdimos por el camino.
Ho me abandonó y yo empecé a trabajar en un bar como portero. Sin él, estar allí no valía la pena; simplemente no tenía sentido. Pero no podría regresar hasta reunir el dinero necesario. De pronto, Ho reapareció, pero nada era ya lo mismo. Nunca sabré qué le pasó durante la ausencia, pero sus heridas físicas parecían banales comparadas con su sufrimiento de espíritu.
Mientras tanto, yo conocí a Chang en un restaurante en el que empecé a trabajar. No era gay, pero sí muy agradable conmigo. Mi relación con Ho era muy dura y Chang aportaba el contrapunto que necesitaba. Pero mi estancia allí sería todo menos estable. Al final, visitaría las Cataratas de Iguazú yo solo.
Preguntas para el debate de la película Happy together, 1997
-¿Hace el título de esta película honor a la misma?
-¿Alguna vez te has resistido a luchar por una relación maldita?
-¿Son las relaciones homosexuales más complicadas que las heterosexuales?