Maurice Hall, de la película Maurice, 1987
El siglo XIX tocaba a su fin y yo crecía descubriendo la importancia de las clases sociales y aprendiendo que la vida tiene a la mujer como meta. Pero yo quería algo más. O, mejor dicho, algo distinto. Porque yo era distinto.
Nada más llegar a la universidad me enamoré de Clive, con quien descubrí viejas escrituras griegas sobre el amor homosexual. Mantuvimos una casta relación en absoluto secreto. Y yo quería más, mucho más… pero él se aferraba a la idea establecida de una vida al lado de una buena mujer.
Intenté hacer lo mismo. Incluso acudí al psiquiatra, ¡y hasta a un hipnotista!, pero nadie parecía entenderme. Supongo que lo mío no tenía cura. Fue entonces cuando conocí a Alec y, poco a poco, me di cuenta de que la homosexualidad en parte de uno mismo, y que sólo aceptándola se puede ser realmente feliz.
Preguntas para el debate sobre la película Maurice, 1987
-¿Qué nociones de la homosexualidad han cambiado y cuáles permanecen intactas?
-¿Qué relación establece esta película entre las diferencias sociales y la sexualidad?