Cuando más a gusto me encontraba con mi amor Fabrizio, se presentó en Venezuela mi hijo español Armando al que no veía desde hacía doce años. La idea de que se enterase de que su padre era homosexual no me gustaba en un principio. Sin embargo, no podía ocultarte a mi hijo mi orientación y menos a mi chico Fabrizio.
No todo estaba perdido con mi hijo. Sabía que podía ayudarle a entender el por qué le abandoné y a la vez hacerle saber que estaba dispuesto a darlo todo por él, ahora que había vuelto a mi lado.
Preguntas para el debate de la película Azul y no tan rosa, 2010
¿Es más tormentosa y más dura la vida amorosa de las personas gays?
¿Cómo es ser gay en Venezuela y en el resto de Latinoamérica?