Pablo, de La ley del
deseo, 1987
Conocí a Antonio
la noche del estreno de una de mis obras y desde entonces mi vida fue una
tragedia. Él se enamoró de mí… o, mejor dicho, se obsesionó conmigo. Pero yo ya
estaba enamorado. De Juan, mi ex.
Juan me admiraba y apreciaba, pero por algún motivo no podía amarme. Supongo que no estaba en su naturaleza. Pero yo, acostumbrado a los personajes luchadores de mis películas, me resistía a admitirlo. Y entonces Antonio descubrió mi amor y los celos crecentaron peligrosamente su obsesión.
Como apoyo yo contaba con mi hermana Tina. Ella se había hecho trans por motivos que no mencionaré y acabó enamorada del propio Antonio. Cada vez más perturbado, Antonio haría cualquier cosa por acercarse a mí, por tenerme. Se aferraba a mí con la misma lealtad que yo profesaba hacia Juan, pero con un deseo mucho más peligroso.
-¿Ayuda esta película a
normalizar el mundo LGTB o todo lo contrario?
-¿A qué obedecen las relaciones enfermas y obsesivas que muestra este film?
-¿Es el amor peligroso?