Cine Gay. Películas gays

Crítica de La otra familia, 2011

La otra familia, película

Hay obras maestras y películas necesarias. Quizá el abrupto montaje de la mexicana La otra familia nos impida considerarla una obra maestra, pero desde luego es una película necesaria. Se trata de un film lleno de ternura que, quizá con ingenuidad pero sobre todo con cariño, refleja la difícil cuestión de la paternidad homosexual. Y es que por mucho que uno acepte su homosexualidad, siempre hay trabas que nos impiden ser iguales a las personas heterosexuales. Y el asunto de los hijos es quizá el más serio.

La otra familia, película

La otra familia es pionera en el tratamiento de la paternidad homosexual

En el caso de las mujeres lesbianas, como sucede con los personajes de Ivana (Ana Serradilla, tan perfecta como el resto del reparto) y Gloria (Ana Soler) de La otra familia, la homosexualidad no impide convertirse en madre y dar a luz al propio hijo, pero la duda puede ser crítica: ¿Cuál de las dos debe ser la madre? Y, ¿a quién recurrir para obtener la necesaria “aportación” masculina? El camino es duro y difícil, y puede acabar destrozando un matrimonio. 


La situación no es mejor cuando los padres son dos hombres gays. En este caso ninguno puede quedarse embarazado, por supuesto, con lo que una mujer debe hacerlo en su lugar. Pero el proceso es complicado, crítico y caro, lo que a menudo lo convierte en imposible. En La otra familia, los personajes de Jean-Paul (Jorge Salinas) y Chema (Luis Roberto Guzmán) se encuentran con el problema aparentemente resuelto: un niño llamado Hendrix (Bruno Loza) aparece en su camino por sorpresa y les convierte en padres de la noche a la mañana. Pero no todos ven con buenos ojos que un niño sea criado por dos hombres, ni siquiera considerando que sus verdaderos tutores son una drogadicta (Naila Norbind) y un delincuente (Andrés Almeida), con lo que ambos deberán enfrentarse la incomprensión y el odio. 

Ser homosexual no es fácil, y el asunto de la paternidad es probablemente el más doloroso. La sociedad avanza con la agilidad necesaria, pero la tolerancia no puede luchar con la biología. Una pareja homosexual no puede convertirse en familia biológica de un niño por medio alguno. Nos resistimos a pensar en ello, pero así es. 

La otra familia, 2011

Advertencia: verla puede cambiar tu punto de vista, no tu sexualidad

Pero, ¿qué es la biología sino una mera ciencia? ¿Es más importante que los sentimientos? Los protagonistas de La otra familia nos recuerdan que no. Solo el amor decide cuál es el hogar perfecto. La película muestra cuatro parejas, y curiosamente son las formadas por dos madres y dos padres las más adecuadas para criar a un niño, aquellas que han nacido para educar a otros. Hendrix echa de menos a su mamá: es su madre, al fin y al cabo. Pero no tarde en llamar “papá” a Jean-Paul y Chema. Dos papás que le quieren y cuidan. Para él, los mejores del mundo: SUS papás. 

Crítica de Juan Roures

Felix Redondo